martes, 19 de junio de 2012

DISLALIA




2. LENGUAJE
2.1.  DEFINICIÓN.
Para Ezquerra (2009) el lenguaje es un acto social, resultado de la intervención de diversos factores: Los estímulos del medio, la inteligencia del niño, la afectividad emocional del niño (un niño no atendido, rechazado..., puede abocarle a un mundo cerrado, de incomunicación).
Mientras que para Puyuelo (2000) el lenguaje es un código por medio del cual los usuarios trasmiten ideas y deseos del uno al otro. Desempeña funciones del sistema de gobierno, de sistema generativo y como código social y afirma que el lenguaje es un sistema creativo y productivo. Representa conceptos por medio de símbolos arbitrarios. El lenguaje tiene un uso convencional; el oyente y hablante, el lector o el escritor tiene el mismo lenguaje para intercambiar información.
Otra definición complementaria a la de los autores anteriores es la que da el comité español de audiofonología (2001) quienes afirman que el lenguaje incluye una vertiente recepción-comprensión y una vertiente expresión. El desarrollo de la comprensión precede siempre al de la expresión. Para la comprensión, solo existen algunas semanas de variación de un niño al otro, mientras que para la expresión las variaciones inter-individuales pueden alcanzar varios meses.

Puyuelo (2000) afirma que además de aprender los aspectos gramaticales del lenguaje, el niño aprende a utilizarlo en un contexto social. Al principio la comunicación del bebé no es intencional; esto es, el bebé no dice algo para influir al cuidador. El habla sirve para obtener varios tipos de ayuda de los otros. A esto se le llama función instrumental del lenguaje. Por medio del habla los bebés pueden controlar aspectos de la conducta de otros; a esto se le llama función reguladora.
También sostiene   que el morfema es la unidad del lenguaje más pequeña con significado. Todas las palabras son morfemas, y muchas se componen de un solo morfema.
Cuando el niño adquiere más morfemas gramaticalmente más complejos, incluyendo artículos, verbos auxiliares, etc., los enunciados del niño se van haciendo más largos y más complejos.
En los estadios de adquisición del lenguaje el niño empieza a usar frases negativas y preguntas. Las frases negativas incluyen una noción semántica dominada negación. Aun teniendo en cuenta que la mayoría de niños siguen estas pautas evolutivas, la variabilidad interindividual es natural, y no necesariamente debe considerarse problemático que algún niño no siga estas fases de desarrollo.
2.2. ETAPAS DEL DESARROLLO
Puyuelo (2000) expone que la comunicación está presente desde el nacimiento. Menciona que el recién nacido busca la voz humana y demuestra placer o sorpresa cuando encuentra el rostro que es la fuente de sonido. Durante los primeros meses de vida los bebés son capaces de discriminar, contrastar fonemas, diferenciar patrones de entonación y el habla de su madre. Pueden diferenciar distintas voces.
Para el autor existen seis estadios que se usan para describir los procedimientos que preceden al lenguaje.
1.- Vocalización refleja. Aproximadamente desde el nacimiento a las 6 semanas. Las vocalizaciones tienen una naturaleza automática, se producen como respuestas a un estímulo (hambre) y no requieren de proceso mental  .
2.- Balbuceo y sonrisa (6-16 semanas). Se caracteriza por el balbuceo y las risas. Usualmente, al principio el balbuceo y las risas son provocadas por un adulto u otro niño; más adelante, se presentan también en situaciones en las que no hay estimulación social.
3.- Juego vocal (16-30 semanas). Se caracteriza por la experimentación con la voz (registro e intensidad) hasta incluir sonidos consonánticos. Comienza a manifestarse un balbuceo caracterizado por largas series de segmentos silábicos que se parecen a las sílabas de adultos, solamente por el hecho de que se combina consonante y vocal. Los sonidos son claramente diferentes del de los adultos.
4.- Balbuceo reduplicado (31-50 semanas). El balbuceo reduplicado, también denominado balbuceo canónico, se reconoce fácilmente porque se caracteriza por series silábicas de consonante vocal (C-V).
5.- Balbuceo variado (10-14 semanas). El niño empieza a utilizar toda una variedad de consonantes y vocales en cada serie de silabas y el repertorio no se limita a series de C-V, sino que muchos utilizan C-V-C.
6.- Enunciados de una palabra (10-12 meses). En este estadio las palabras y las expresiones son similares a la de los adultos y se usan en referencia a situaciones particulares u objetos.
Para el comité español de audiofonología (2001) las condiciones para el desarrollo del lenguaje se dividen en dos : a) Factores relacionados con el niño y b) Factores ligados a la calidad de las interacciones padres-hijos.
Los Factores relacionados con el niño.
Para que el niño desarrolle el lenguaje, debe tener desde su nacimiento estructuras neuromotrices sensoriales y mentales normales y conservarlas a lo largo de su desarrollo.
1.    Factores auditivos
Es indispensable una buena audición para una buena recepción del mensaje hablado.
2.    Factores morfológicos
Al igual que la integridad morfológica y funcional de la esfera oro-facial es indispensable para un buen desarrollo de la palabra y del lenguaje.
3. Factores visuales
Ver bien es fundamental para la organización de la comunicación. Las miradas recíprocas desencadenan y mantienen la comunicación. Las expresiones del rostro y los gestos acompañan naturalmente al lenguaje.
4. Factores neurológicos y cognoscitivos
Una integridad neurológica y las suficientes capacidades intelectuales son indispensables para el desarrollo del lenguaje.
Factores ligados a la calidad de las interacciones padres-hijos.
El niño se comunica antes de saber hablar (mímica, sonrisas, voz, lloros). Esta aptitud es particularmente importante en la medida en que prefigura la función social del lenguaje. Desde las primeras semanas de vida, la madre considera a su bebé como un verdadero interlocutor al que atribuye intenciones de comunicación. Los gritos, la vocalización, la mímica y los movimientos no verbales son interpretados por la madre como que tienen sentido. La madre es muy receptiva a todos estos comportamientos y responde de manera verbal y/o mimo-gestual.
Entre los comportamientos no verbales manifestados por los bebés, la puntería (apuntar con el dedo) aparece a la edad de los 9 meses. Hacia los 12 meses, este comportamiento ha adquirido una función social de comunicación.
Este procedimiento que permite a la madre y al niño de estar “en la misma onda” es la base de todo diálogo futuro. Los procesos de adaptación de la madre a los comportamientos del bebé , permiten de esta forma, en todas las etapas del desarrollo, un ajuste progresivo.
El papel de la madre, en esta fase, es esencial. Es precisamente en su capacidad de dejarse guiar por el bebé donde reside la comunicación prelingüística.
Las interacciones precoces son un pre-requisito para el desarrollo del lenguaje, pero no son suficientes para guiar al niño hacia la asimilación de un sistema lingüístico.
2.3.        DEFICIENCIAS DEL LENGUAJE.
 Para Peña (2000) el complejo conjunto de órganos que intervienen en la producción y la comprensión verbal puede afectarse en diferentes lugares: desde los órganos periféricos de audición y fonación, hasta sistemas centrales, neurológicos. Factores funcionales-psicológicos pueden intervenir también en la génesis de disfunciones del sistema verbal.
Las alteraciones de la comunicación pueden clasificarse siguiendo diversos criterios:
1.- Sintomáticos. Alteración de la voz (disfonías), de la articulación del lenguaje.
2.- Topográficos. Alteración de los órganos periféricos de la audición (sorderas) o del habla (disglosias), alteración del sistema nerviosos central o periférico.
3.- Funcionales. Trastornos auditivos, motores, visuales, etc.
4.- Etiológicos generales, genéticos, lesiónales, ambientales, emocionales, etc.
5.- Temporales (momento de aparición). Durante el desarrollo o en la edad adulta.
A continuación se hace un recuento de los trastornos más habituales del lenguaje y la comunicación.
Disartria. Constituye el conjunto de las alteraciones del habla secundarias a alteraciones del control neuromotor de las actividades musculares necesarias para la productividad del habla. Se debe a lesiones del sistema nervioso central y/o periférico. El defecto expresivo es permanente y uniforme. El paciente es consciente de su defecto.
Dislalia. Constituye un trastorno en la producción fonológica, generalmente por dificultad en el aprendizaje de los rasgos distintivos de los fonemas. Aparecen casos en los que los errores no acontecen sistemáticamente, sino dependiendo del contexto de la serie fonética que constituye la palabra. Las dislalias pueden aparecer aisladas o formar parte de la clínica de los retardos evolutivos del habla.
Disfonía. Se define como la alteración de una o más de las características acústicas de la voz, de forma que se pierde el normal timbre de la misma. En general está producida por una alteración de la vibración de las estructuras laríngeas. El trastorno puede ser transitorio o permanente. La pérdida total recibe el nombre de afonía. La producción simultánea de dos tonos recibe el nombre de diplofonía.
Disfemia. Constituye un trastorno de la fluidez del habla que se manifiesta por una interrupción del ritmo de la expresión verbal  de forma mas o menos brusca. Se manifiesta por repeticiones de sonidos, sílabas, palabras o frases, prolongaciones de sonidos, bloqueos o pausas inadecuadas  en el seno del discurso. Esta dificultad va despareciendo a lo largo de la primera infancia.
Retraso del lenguaje. Constituye la falta de desarrollo del lenguaje a la edad en que normalmente se presenta.
Disfasia. Representa el trastorno grave del desarrollo del lenguaje, existiendo habitualmente problemas de expresión y de compresión.
Dislexia. En un sentido amplio se trata del conjunto de trastornos que afectan al aprendizaje y desarrollo de la lectura y escritura.
Afasia. Las afasias constituyen trastornos adquiridos del lenguaje debidos a lesión cerebral. Salvo excepciones, se presentan con alteraciones en la lectura y la escritura.
Afasia congénita. Se trata de la falta de parición del lenguaje en niños que aparentemente no presentan manifestaciones de otros síndromes que podrán explicar su ausencia. Puede afectar predominantemente a la expresión, a la compresión o ambas.
Afasia adquirida del niño. Constituye la alteración de las capacidades psicolingüísticas consecutivas a lesión cerebral adquirida en un niño que ha desarrollado cierta capacidad de lenguaje.
Sordera. Se trata de defectos en la audición que no especifican su origen periférico o central. Las sorderas son de transmisión o conducción cuando se afecta el oído medio, y de percepción o neurosensoriales cuando existe una alteración de las neuronas o de las vías nerviosas.
Su aparición antes del desarrollo del lenguaje tiene un impacto en el desarrollo del mismo, que depende del grado de pérdida auditiva.
Las sorderas adquiridas después de un primer proceso de aprendizaje del lenguaje tienen menos repercusiones sobre el desarrollo. Las sorderas adquiridas una vez desarrollado el lenguaje únicamente implican una deaferentización, que depende de su intensidad. En ambos casos aparecen trastornos psicológicos reactivos, asilamiento, etc.
Mutismo. Se trata-en el niño- de la desaparición del lenguaje desarrollado, sin que exista lesión cerebral ni causa orgánica aparente. Las causas emocionales están en la base del trastorno.
Ezquerra (2009) agrega otro concepto:
Farfulleo. Se trata de una alteración en la fluidez del lenguaje, en la que el individuo habla a gran velocidad, articulando desordenadamente.
A veces se confunde con la tartamudez.


3.    DISLALIA
3.1. DEFINICION.
            La dislalia es definida por Bustos (1998) como las alteraciones en la articulación de algún o algunos fonemas bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos del habla o por la sustitución de estos por otros, de forma improcedente, en personas que no muestran patologías del sistema nervioso central, ni en los órganos fonoarticulatorios a nivel anatómico.
 Estas alteraciones perduran más allá de los cuatro años, hasta entonces aparecen muy frecuentemente. Son las más frecuentes y conocidas de todas las alteraciones del lenguaje.
            Macías (2005) define la dislalia como un  trastorno en la articulación de los fonemas, o bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos o por la sustitución de éstos por otros de forma improcedente. Se trata pues de una incapacidad para pronunciar o formar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas. Cuando afecta a varios fonemas el habla del niño suele ser ininteligible, por las desfiguraciones verbales que emplea continuamente. Las dislalias es el principal motivo de referencia para muchos logopedas, sobre todo de pacientes con edades comprendidas entre los 4 y los 10 años
Según Regal (2000) la dislalia es un trastorno del habla que lo constituyen las alteraciones en la pronunciación, lo que tradicionalmente se conoce como dislalias.
Etimológicamente significa dificultad en el habla, del griego dis, dificultad lalein, hablar, pudiendo definirse como los trastornos de la articulación en los sonidos del habla (pronunciación), donde no exista como base una entidad neurológica.
El término dislalia no existió siempre. Por mucho tiempo se agrupaban los trastornos de la pronunciación bajo el nombre de dislabia. El suizo Schulter en los años 30 del siglo XIX comenzó a utilizar el término de dislalia para diferenciarlo de la alalia (sin lenguaje); posteriormente los estudios realizados por diferentes autores hicieron posible el significado que conserva hoy.

3.2. CARACTERISTICAS.
            Pascual (1988) (Bustos 1998) clasifica las dislalias en:
            3.2.1. Dislalia evolutiva o fisiológica: Para articular correctamente los fonemas de un idioma se precisa una madurez cerebral y del aparato fonoarticulador. Hay una fase en el desarrollo del lenguaje en la que el niño/a no articula o distorsiona algunos fonemas; a estos errores se les llama dislalias evolutivas. Normalmente desaparecen con el tiempo y nunca deben ser intervenidas antes de los cuatro años, sobre todo /r/ y sinfones.
            Suelen producir cierta angustia en algunos padres que creen ver en ellas un síntoma de retraso y se les debe aconsejar que hablen claro a su hijo/a, abandonando los patrones de persistencia del lenguaje infantil. La mejor intervención es convencer a la familia para que dejen esos malos hábitos. 
            3.2.2. Dislalia audiógena: Su causa está en una deficiencia auditiva. El niño o la niña que no oye bien no articula correctamente, confundirá fonemas que ofrezcan alguna semejanza al no poseer una correcta discriminación auditiva. A este tipo de alteraciones se les denomina dislalias audiógenas. El deficiente auditivo presentará otras alteraciones del lenguaje, fundamentalmente de voz y el estudio de su audiometría nos dará la pauta sobre la posible adaptación de prótesis. La intervención irá encaminada básicamente a aumentar su discriminación auditiva, mejorar su voz o corregir los fonemas alterados e implantar los inexistentes
            3.2.3. Dislalia orgánica: Las alteraciones de la articulación cuya causa es de tipo orgánico se llaman dislalias orgánicas.
            Si se encuentran afectados los centros neuronales cerebrales (SNC) reciben el nombre de disartrias y forman parte de las alteraciones del lenguaje de los deficientes motóricos.
            Si nos referimos a anomalías o malformaciones de los órganos del habla: labios, lengua, paladar, etc. se les llama disglosias.
            Dislalia funcional: Es la alteración de la articulación producida por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño/a con dislalia funcional no usa correctamente dichos órganos a la hora de articular un fonema a pesar de no existir ninguna causa de tipo orgánico. Es la más frecuente y sus factores etiológicos pueden ser: 
            Falta de control en la psicomotricidad fina. La articulación del lenguaje requiere una gran habilidad motora. Prueba de ello es que aquellos fonemas que precisan un mayor control de los órganos articulatorios, especialmente de la lengua, son los últimos que aparecen (/l/, /r/ /r/ y sinfones).
Complementando la definición anterior la Consejería de Educación del Principado de Asturias (2008) afirma que para la denominación de las distintas dislalias, según el fonema afectado, se utiliza una terminología derivada del nombre griego del fonema de que se trate, con la terminación “tismo” o “cismo”. Así hablaremos de:
   * Rotacismo: la no articulación del fonema /r/.
   * Ceceo: pronunciación de /s/ por /z/.
   * Seseo: pronunciación de /z/ por /s/.
   * Sigmatismo: la no articulación del fonema /s/.
   * Jotacismo: la no articulación del fonema /x/.
   * Mitacismo: la no articulación del fonema /m/.
   * Lambdacismo: la no articulación del fonema /l/.
   * Numación: la no articulación del fonema /n/.
   * Nuñación: la no articulación del fonema /ñ/.
   * Kappacismo: la no articulación del fonema /k/.
   * Gammacismo: la no articulación del fonema /g/.
   * Ficismo: la no articulación del fonema /f/.
   * Chuitismo: la no articulación del fonema /ch/.
   * Piscismo: la no articulación del fonema /p/.
   * Tetacismo: la no articulación del fonema /t/.
   * Yeismo: la no articulación del fonema /ll/.
   * Chionismo: sustitución de /rr/ por /l/.
   * Checheo: sustitución de /s/ por /ch/.
            4. FACTORES DE RIESGO.
Las causas de las dislalias según Nieto (2005) son diversas. En los años 80 del siglo pasado Soep, intentó clasificar el trastorno teniendo en cuenta la existencia de dislalias mecánicas (orgánicas) y funcionales.
A comienzos de este siglo XX, autores soviéticos trataron de explicar el surgimiento de la dislalia sobre bases de trastornos auditivos de carácter periférico por un lado, y con alteraciones en la función de los órganos de la articulación por otro.
            4.1. BIOLÓGICOS.
Según Nieto (2005) los factores de riesgo biológicos son:
Parálisis facial unilateral de los músculos de la cara, El labio leporino como malformación congénita, las malformaciones de las arcadas alveolares o del paladar óseo y las maloclusiones dentales, una imperfecta posición o movilidad de la lengua, y es precisamente ésta la que al final empeora la articulación de la palabra y hasta puede agravar la dismorfia maxilodental.
Al frenillo sublingual, se ha demostrado que pocas veces el frenillo es tan corto como para dificultar la articulación, y cuando sucede sólo están comprometidos los fonemas /r/ y /l/
Las dislalias nasales y palatales, pueden incluirlas en el mismo grupo pues sus patologías se caracterizan por modificar la resonancia de los fonemas. En el déficit auditivo la secuela más notable es el defecto de la palabra.
4.2. PSICOLÓGICOS.
La Consejería de Educación del Principado de Asturias (2008) los clasifica en:
Cualquier trastorno de tipo afectivo (falta de cariño, inadaptación familiar, celos, un hermano pequeño…) puede incidir sobre el lenguaje del niño haciendo que quede fijado en etapas anteriores, impidiendo una normal evolución en su desarrollo. En estos casos falta o está perturbada la necesidad emocional de comunicarse, que es un elemento básico para el desarrollo del habla en el niño.
4.3. SOCIALES
   * Factores ambientales
      * El ambiente en el que se desarrolla un niño junto con sus capacidades personales irá determinando su desarrollo y maduración. Las situaciones ambientales que más negativamente pueden influir en un mal desarrollo lingüístico son: carencia de un ambiente familiar (centros de acogida...), bajo nivel cultural (fluidez de vocabulario, de expresión, modo de articulación), bilingüismo mal integrado, sobreprotección, desequilibrio o desunión familiar, etc.
   * Factores hereditarios
      * Puede existir una predisposición al trastorno articulatorio que estará reforzado por la imitación de los errores que cometen los familiares al hablar.
   * Factores intelectuales
      * La deficiencia intelectual presenta como síntoma, en muchas ocasiones, una alteración en el lenguaje con dificultades para su articulación. La dislalia será igualmente tratada pero sin perder de vista que aparece enmarcada dentro de problemas más complejos y que las posibilidades de reeducación estarán condicionadas por la capacidad del sujeto.
5. INTERVENCIÓN LOGOPÉDICA EN LOS TRASTORNOS DE ARTICULACIÓN DEL HABLA

5.1.   OBJETIVOS

1. - Facilitar el conocimiento del desarrollo evolutivo normal del lenguaje
2. - Saber distinguir los distintos tipos de trastornos del lenguaje propiciando un diagnóstico diferenciador.
3. - Manejar las principales técnicas de análisis de los trastornos del lenguaje
4. - Diferenciar las dislalias fonológicas y fonéticas y su tratamiento específico
5. - Saber intervenir en el tratamiento de las dislalias funcionales, elaborando programas integradores.
6. - Distinguir las disartrias para conseguir cambios de maduración en los mecanismos motores del habla.
7. - Mejorar la producción del habla y saber emplear las técnicas específicas de superación de las disglosias.
8. - Diseñar programas de intervención para asegurar la eficacia técnica y profesional
9. - Orientar a padres y profesores en la atención y apoyo que deben prestar, ofreciéndoles directrices y estrategias básicas en relación con el lenguaje.
 

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